El pensamiento es una actividad mental no rutinaria
que requiere esfuerzo, o como lo que ocurre en la experiencia cuando un
organismo se enfrenta a un problema, lo conoce y lo resuelve. El pensamiento
implica una actividad global del sistema cognitivo con intervención de los
mecanismos de memoria, atención, procesos de comprensión, aprendizaje, etcétera. Es
una experiencia interna e intersubjetiva.
El pensar es una habilidad humana. Pero no todos nacemos
con ella, “pensar” se aprende y se desarrolla de forma personal. No todos
tienen la habilidad, se podría decir que por flojera. Pensar no es tener
conocimientos de cualquier cosa en el mundo, si no, en racionalizar
posibilidades y discernir entre “lo bueno y lo que es malo”. Todos tenemos la
posibilidad de pensar, sin embargo no todos sabemos pensar.
Para pensar es clave tener un buen conocimiento del
lenguaje y de la mente humana: sus motivaciones, funcionamiento y de las
limitaciones. Este conocimiento nos permite discernir cuando una observación es
real y cuando se debe a limitaciones humanas; de igual manera, nos permite
saber cuándo se emplea el lenguaje de manera correcta y cuando se le emplea
para manipular o esconder alegatos insustanciales.
Finalmente, para pensar se debe tener una curiosidad
natural y tener una sed de conocimiento sin barreras. Esta curiosidad conduce a
buscar constantemente los conocimientos necesarios para evaluar las
afirmaciones con las que nos enfrentamos en el día a día.
Esta es una síntesis de un trabajo de investigación sobre el pensamiento, extraída de la página scribd.com
Imagen extraída de: Blog
Dataprius.
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